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Tiempo para celebrar

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Diciembre ¡Mi mes favorito! tiempo de celebrar el nacimiento del niño Jesus, de posadas, de ….Oh, pero este año es diferente.

¿Acaso podremos celebrar navidad en medio de todo esto?

Creo que sí, creo que aun en medio de la monotonía de las semanas y los meses; junto con el estrés y las tensiones, no deben ser un obstáculo para llegar a aquél que es nuestra salvación y nuestra esperanza. Pues en Adviento la espera y la esperanza deben estar inscritas en el fondo de nuestro ser.

Yo sé que tal vez al ver al mundo que nos rodea, lleno de violencia, mentiras, desacuerdos, lágrimas y sufrimientos, es difícil decir que el Señor sigue incesante y silenciosamente viniendo a este mundo.

¡Pero El viene hermanos!

Viene en la delicadeza y la paciencia, sin nada de exageraciones, en un respeto total a cada uno de nosotros. Sin ninguna violencia, sin arrogancia, sin privar a nadie de su libertad, llega en una forma maravillosa y entra poco a poco a los

corazones.

Dios se muestra en su mansedumbre, su perseverancia y su conocimiento del corazón humano. Lo que un hombre deshace con violencia, otros, llamados por El, lo construyen mejor con la paz. Lo que un hombre destruye por sus odios, otros, llamados por El, lo rehacen con la fuerza del amor.

Por esto y recordando que El pequeño bebé en el pesebre nació con un solo propósito: el de vivir la vida perfecta y morir en la cruz para salvarnos. Como dice Romanos 5:8, “Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros." Ese es el corazón del Evangelio y ese es el corazón de la Navidad. Es mi oración que el Señor les recuerde continuamente esta verdad y Su gran amor por ustedes.

¡Feliz Navidad!

Oremos

Es importante para todo nosotros, especialmente en este tiempo de encierro, temor y ansiedad, mantenernos en oración constante entregando todo a Cristo en oración.

Podemos orar en cualquier parte, en cualquier momento. Es igual si estés sentado o de pie. No es necesario estar en la iglesia ni en ningún lugar en particular. La oración establece un vínculo entre el Señor y tú, estés donde estés.

Jesús está a tu disposición y basta una oración para acceder a Él y Él se complace en escucharte y ayudarte siempre que lo necesites. Jesucristo se interesa sinceramente por ti. Le encanta escucharte y responder tus inquietudes.
Además, el pasar tiempo con el Señor nos trae tan grandes beneficios que no queremos prescindir de ellos. Él nos ayuda a resolver nuestros problemas, responde nuestras preguntas, alivia nuestras penas, nos consuela, nos da alegría y paz en nuestros corazones.

Cuando nuestro espíritu flaquea y se nos turban los pensamientos, la oración nos proporciona descanso y nos renueva. «Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso.» Mateo 11:28-30
Jesús es nuestro guía por la vida. Nos indica qué hacer en situaciones de necesidad y cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles. Ha prometido darnos instrucciones, aclararnos los pensamientos y guiar nuestros pasos.

A veces he escuchado decir: “Lo único que puedo hacer por ti es orar”. Pero orar, no es lo mínimo que se puede hacer por alguien, sino lo máximo. Nuestras oraciones mueven el corazón y la mano de Dios para que intervenga en favor de las personas por las que pedimos.

También, por medio de nuestras oraciones, otras personas pueden obtener los mismos beneficios que obtenemos nosotros cuando oramos: consuelo, protección, alivio a la ansiedad y al miedo, curación, provisión material y mucho más.

Tú puedes experimentar ese poder milagroso que obra en tu vida cuando Dios te da soluciones a tus problemas, valor y fuerza para enfrentar la adversidad, al igual que paz mental, curación, perdón, amor y ánimo; que es lo que necesitamos tanto en este tiempo de separación, enfermedad y muerte.

Posted by Elena Enriquez with